A continuación, presentamos los principales resultados descriptivos del proyecto Fondecyt Prevención de la violencia en las relaciones de pareja adolescente: Nuevas tecnologías de la comunicación y creencias distorsionadas sobre el amor y la violencia (Referencia ANID/Fondecy Regular 1210959) dirigido por la Doctora Laura Lara.
Por motivos de confidencialidad, no podemos proporcionarle información concreta sobre los resultados específicos de cada centro educativo (ya sea de los colegios, de la misma forma que no proporcionaremos (ni publicaremos) información sobre los resultados específicos (todo será tratado de forma general sin identificar a ningún centro educativo).
El estudio se ha realizado en la región de Maule, donde participaron 4 colegios de enseñanza media, abarcando desde 1º medio a 4º medio. Los cuestionarios fueron respondidos por un total de 913 estudiantes, sin embargo, hemos incluido a 825 participantes que habían contestado de forma adecuada a los cuestionarios (sin dejar cuestionarios incompletos ni contestados al azar).
En las siguientes pestañas mostramos los resultados obtenidos en cada una de las dimensiones de las variables evaluadas, antes (Pretest) y después (Postest) de la intervención.
Los mitos de amor son creencias sobre el amor romántico compartidas por la sociedad que se transmiten de generación en generación. En el proyecto, estos fueron evaluados por medio del cuestionario desarrollado y validado por Lara y Gómez-Urrutia (2021), que se compone de diez ítems agrupados en dos dimensiones (idealización del amor y vinculación del amor con el maltrato).
Interpretación de los resultados
En este se presentan los porcentajes de los y las participantes que estuvieron de acuerdo con al menos con un mito de amor romántico en cada una de las dos dimensiones evaluadas (idealización y vinculación del amor con el maltrato). En conjunto los resultados muestran que ambos grupos (intervención y control) presentaron una disminución en el porcentaje de aceptación de los mitos de amor romántico asociados a la idealización de la relación y los mitos que vinculan el amor con el maltrato durante la segunda evaluación.
Referencia del cuestionario: Lara, L., & Gómez-Urrutia, V. (2021). Development and validation of the Romantic Love Myths questionnaire. Journal of Interpersonal Violence, 36(21-22), NP12342-NP12359. https://doi.org/10.1177/0886260519892958
La aceptación de la violencia hace referencia a las actitudes favorables hacia conductas violentas en las relaciones de pareja. En este proyecto utilizamos el cuestionario desarrollado y validado para población chilena por Lara y Gómez-Urrutia (2022), que mide las actitudes de aceptación de la violencia en las relaciones de pareja jóvenes a través de 30 ítems, configurados en ítems paralelos, 15 para la aceptación de sufrir violencia y 15 para medir la aceptación de ejercer violencia. Estos ítems miden tres dimensiones, control, abuso emocional y violencia física. En la dimensión de control se encuentran todas aquellas actitudes de aceptar que las parejas monitoreen su vida y tomen decisiones sobre la misma, como por ejemplo evitar que la pareja comparta con otras personas. En la dimensión abuso emocional se encuentran todas aquellas actitudes de aceptación hacia la violencia ejercida de forma emocional y verbal, como por ejemplo considerar aceptable que la pareja insulte en frente de otras personas. Finalmente, en la dimensión de violencia física se encuentran todas aquellas actitudes de aceptación de violencia ejercida de forma física, como por ejemplo mostrar una actitud favorable a golpear a la pareja.
Control: en el grupo intervención el 29,1% estuvo de acuerdo con considerar que es aceptable que su pareja lo o la controle el cual bajo en la post evaluación a un 14.2%. Como puede observarse en el grupo control en la primera evaluación obtuvieron un 40.6% estuvo de acuerdo con considerar que es aceptable que su pareja lo o la controle y en la post evaluación bajo a un 31,6%. Disminuyendo estos porcentajes en la segunda evaluación.
Abuso emocional: un 14,2% estuvo de acuerdo con considerar que es aceptable que su pareja lo o la abuse emocionalmente y un 9,3% en la post evaluación. Como puede observarse en el grupo de control un 18,5% estuvo de acuerdo con considerar que es aceptable que su pareja lo o la abuse emocionalmente el cual subió a un 20,5% en la post evaluación. Aumentando estos porcentajes en el grupo control en la segunda evaluación.
Violencia física: un 3,6% estuvo de acuerdo con considerar aceptable que su pareja lo agreda físicamente en la post evaluación subió a 4,9%. Como puede observarse en el grupo de control un 3,2% estuvo de acuerdo con considerar aceptable que su pareja lo agreda físicamente el cual subió a un 6,5% en la post evaluación. Aumentando estos porcentajes en la segunda evaluación.
Control: un 18,2% consideró aceptable controlar a su pareja, en la post evaluación descendió a un 6,6%. Como puede observarse en el grupo de control el 21,2% consideró que es aceptable controlar a su pareja y en la post evaluación descendió levemente a un 20,8%.
Abuso emocional: un 4,1% consideró aceptable abusar emocionalmente a su pareja, en la post evaluación este porcentaje subió levemente a un 5,6%. En el grupo control el 8,4% considero aceptable abusar emocionalmente a su pareja ascendiendo en las post evaluación a un 8,8%. Aumentando estos porcentajes post intervención.
Violencia física: un 3,4% consideró aceptable agredir a su pareja, en la post evaluación ascendió a un 4,9%. Como puede observarse en el grupo de control el 2,5% consideró aceptable agredir a su pareja, en la post evaluación ascendió a un 5,3%. Aumentando estos porcentajes post intervención.
Referencia del cuestionario: Lara, L., & Gómez-Urrutia, V. (2021). Development and validation of the Acceptance of Dating Violence Questionnaire. Journal of Social and Personal Relationships (Avance online). https://doi.org/10.1177/02654075211054154
El ciber abuso hace referencia a la violencia que se ejercer sobre la pareja mediante el uso de las nuevas tecnologías, incluyendo el uso del celular y las redes sociales más utilizadas entre los jóvenes, como WhatsApp, Instagram, Facebook.
En este proyecto utilizamos el cuestionario Cyber Dating Abuse, adaptado y validado para población chilena por Lara (2020) del original de Borrajo et al. (2015). Este cuestionario mide el abuso sobre la pareja mediante el uso de las nuevas tecnologías, consta de 20 ítems distribuidos en dos escalas (agresión directa y control). La dimensión de control se refiere a las conductas que tratan de controlar a la pareja, como por ejemplo controlar las publicaciones del perfil de las redes sociales o utilizar estas mismas para controlar dónde está y con quién. La dimensión de agresión directa se refiere a las conductas que tratan de causar daño de forma directa, como por ejemplo compartir con otras personas fotos, imágenes o videos de contenido íntimo o sexual de la pareja sin su permiso, o escribir comentarios en las redes para insultar o humillar a la pareja.
Cuenta con dos versiones paralelas, una desde la perspectiva de quien recibe la conducta (receptor) y otra desde la perspectiva de quien la emite (emisor).
Interpretación de los resultados
Control Online: En el grupo de intervención en el Pre-control el 72,1% indico haber sido víctima de al menos una conducta de control online por parte de su pareja y luego del post control descendió a un 49,3%. El 40,3% indicó haber sufrido al menos una conducta de control directa la cual disminuyo a un 37,3% después de la intervención. En cuanto al grupo control sus resultados indicaron que el 73,9% indico haber sufrido de al menos una conducta de control online y en el post control bajo a un 66,3%, en cuanto a las conductas de control directo en la preevaluación un 34,7% indico haberla sufrido y bajo a un 31,4% en la post evaluación.
Agresión Online: El 55,9% del grupo de intervención indico ejercer al menos una conducta de control online hacia su pareja, en la post evaluación ese porcentaje bajo a un 38,2%, en cuanto a haber ejercido al menos una conducta de control. En agresión directa el 20,7% indico haberlo realizado y luego de la post evaluación el porcentaje subió a un 21,4%. En el grupo de control, el 63,3% indico ejercer al menos una conducta control online hacia su pareja el cual disminuyo en las post evaluación a un 50.3% y el 20,4% indico haber ejercido al menos una conducta de agresión directa la cual tuvo pequeño aumento a un 20,7%.
Referencia del cuestionario: Lara, L. (2020). Cyber Dating Abuse: Assessment, prevalence and relationship with offline violence in young Chileans. Journal of Social and Personal Relationships, 37(5), 1681–1699. https://doi.org/10.1177/0265407520907159
La violencia en las relaciones de pareja tradicional (es decir, sin incluir el uso de las nuevas tecnologías, también denominada offline, presencial o cara cara, entre otros) fue medida con la versión chilena del cuestionario CUVINO (Lara y López-Cepero, 2021).
Este cuestionario está compuesto por 46 ítems y consta de dos versiones parales que evalúan tanto la perspectiva de la victimización como de la perpetración. Estos ítems miden la violencia física, sexual y psicológica, siendo la psicológica evaluada a través de seis categorías (Coerción, Humillación, Desapego, Castigo Emocional, Violencia Instrumental y Violencia Basada en el Género).
- La violencia física incluye todas aquellas conductas que implican hacer uso de la fuerza, ya sea dañando a la pareja directamente (como, por ejemplo, golpeándola, hiriendo con objetos) como a objetos que son importantes para ella.
- La violencia sexual refiere a todas las conductas realizadas que atentan contra la libertad sexual de la pareja, forzándola a realizar comportamientos sexuales que no desea, como por ejemplo forzar a la pareja a desnudarse cuando no quiere.
- La coerción refiere a las conductas que son realizadas con el objetivo de forzar la voluntad de la pareja, siendo estas muy explicitas, como por ejemplo amenazar con el suicidio en caso de abandono por parte de la pareja.
- La humillación incluye todos aquellos comportamientos que denigran a la pareja, ocasionando una merma de su autoestima, como, por ejemplo, insultar a la pareja en presencia de otros.
- El desapego refiere a comportamientos que implican la indiferencia hacia la pareja, denotando una falta de consideración hacia los sentimientos de la misma, como, por ejemplo, imponer reglas sobre la relación a la propia conveniencia o negar apoyo a la pareja cuando más lo necesita.
- El castigo emocional incluye todas aquellas conductas realizadas con la intención de manipular a la pareja, a través de sentimientos de culpa y miedo, como por ejemplo culpar a la pareja por cosas que no ha hecho o no son su responsabilidad, o negar apoyo como forma de demostrar enojo.
- La violencia instrumental refiere a la utilización de medios indirectos para dañar a la pareja, es decir, a través de hacerle daño a personas, animales u objetos, como por ejemplo amenazar con hacer daño a la mascota.
- La violencia basada en el género refiere a conductas sexistas en función del género de la pareja, denotando la superioridad de la pareja que ejerce este tipo de violencia solo por la pertenencia al género, como, por ejemplo, burlarse del género de la pareja.
Interpretación de los resultados
Como se observa en la gráfica de la Figura 1, los tipos de violencia con mayor prevalencia que los jóvenes han indicado haber recibido de sus parejas en el grupo de intervención fue coerción y uno de los considerados más sutiles como el desapego. En cuanto al grupo de control, indicados en la Figura 2, se repiten las mismas violencias coerción y desapego.
Como se observa en la gráfica de la Figura 3, los tipos de violencia como perpetradores con mayor prevalencia que los jóvenes han indicado haber ejercido sobre sus parejas en el grupo de intervención fue coerción y desapego. En cuanto al grupo de control, representado en la Figura 4, se repiten las mismas violencias coerción y desapego.
Referencia del cuestionario: Lara, L., & López-Cepero, J. (2021). Psychometric properties of the Dating Violence Questionnaire: Reviewing the evidence in Chilean youths. Journal of Interpersonal Violence, 36(5-6) 2373–2392 doi: 10.1177/0886260518760612.